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Ni cañas ni tapas en Cudillero y San Esteban

2009 / 03 / 13

Los aficionados se encuentran molestos y desinformados, y los hosteleros de los puertos están que trinan por las pérdidas que genera el veto a la pesca

Desinformados, molestos y con la caña mirando a la mar. Así están los pescadores de los puertos de Cudillero y San Esteban de Pravia (Muros de Nalón) tras la aplicación de la polémica normativa. La ley ahora les impide pescar en los puertos. Pero no menos enfadados están los dueños de los establecimientos hosteleros portuarios, que se quejan de las pérdidas que genera la desaparición de los aficionados que a diario pasan por sus locales mientras pasan una jornada de pesca.

Para muestra, lo ocurrido en un negocio pixueto. La hostelera Diana Pravia destacó ayer que esta situación afecta al negocio, ya que muchos de los pescadores habituales al espigón pixueto consumían en su bar. Si se tomaban un café o un pincho, eso ahora se notará al perderse, comentó. Al tiempo, resaltó la elevada afluencia en invierno y los fines de semana de aficionados. Se queja de que de un día para otro se prohibió la pesca en Cudillero y se pusieron las primeras multas.

A unos y a otros, a pescadores y hosteleros, les pilló de improviso. Así que muchos han tomado precauciones. Por si las moscas, un grupo de aficionados optó ayer tarde, en San Esteban, por irse hasta la barra del faro para probar suerte en las aguas marítimas. Carlos Gómez, de Grullos (Candamo), Antonio García, de Soto del Barco, y Ovidio Silva y su mujer, Covadonga Díaz, de Pravia, charlaron sobre la normativa mientras echaron las cañas. A su entender, no hay nada claro y sí mucha desinformación. De un día para otro nos empezaron a multar. Y eso que nunca hemos hecho daño a nadie, apuntó uno de ellos, mientras otro señaló que la culpa de todo es de las lanchas.

Todavía no entienden por qué no pueden pescar en los puertos y critican la medida, ya que, a su entender, se está obligando a que las personas mayores dejen de pescar o lo hagan en los pedreros. Parece que quieren que lo dejemos. Si una persona mayor no puede pescar en el puerto, ¿dónde lo hace? ¿Se va a un pedrero a matarse?, lamentaban ayer en la barra.

Los pescadores se mostraron poco informados sobre la normativa y criticaron duramente la medida. Nosotros vamos incluso con pesos para medir las piezas, guardamos las medidas y pagamos la cuota religiosamente. Y ahora no nos dejan pescar. ¿Y qué pasa entonces con las lanchas que cacean o las prácticas de arrastre?, se preguntó ayer uno de los pescadores.

Pero la ley no sólo afecta a los pescadores, mayores o jóvenes, como comentaban ayer en San Esteban. Esta nueva normativa hace que la economía local de los puertos se resienta. A esta desembocadura viene a pescar mucha gente, que consume en las tiendas y que para en los bares. Ahora todo eso se acabó, concluyó uno de los pescadores.

En Cudillero, otro tanto de lo mismo. Isolino López Marqués sigue acercándose al muelle pixueto, pero sin su caña de pescar. Ahora pasea por los espigones de los dos puertos y se encuentra con otros vecinos que ya no pueden dedicarse a una de sus aficiones, la pesca. La prohibición del Principado ha dejado los muelles de la villa pixueta desiertos. Nunca había ocurrido esto, asegura este vecino de Cudillero, que pesca desde hace muchos, muchos años. Y añade: Ahora lo fastidiaron todo. Isolino López recuerda que numerosas personas se reunían de siempre en los muelles para pescar calamares o chicharros. Sólo nos queda pasear, lamenta.

Con todo, todavía está por ver qué pasa con la ley y si el Gobierno regional seguirá adelante después de las desavenencias entre la Consejería de Medio Ambiente, impulsora de la misma, y la Dirección de Pesca, que la rechaza.

Fuente: La Nueva España

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