Puerto Norte no fue una ocurrencia ni está muerto, aún tiene plena vigencia
2009 / 09 / 24
El proyecto tuvo en su momento una lectura extremadamente política, Rodríguez-Vigil lo llevaba muy de la mano y se vino abajo con él
MANUEL PORTOLÉS SANJUÁN Miembro del equipo de arquitectos que elaboró en 1991 el proyecto original de Puerto Norte
Pues claro que me acuerdo de Puerto Norte, aquel fue un proyecto muy ilusionante. ¿Hay algo de nuevo en relación al asunto?. La curiosidad se apoderó del arquitecto vigués Manuel Portolés en cuanto recibió la llamada telefónica de LA NUEVA ESPAÑA para pedirle que refrescase sus recuerdos de cuando, allá por 1991, el Gobierno del Principado le contrató para dar forma a la ambiciosa idea del presidente Juan Luis Rodríguez Vigil: transformar la desembocadura del río Nalón en un centro de atracción turística.
El desarrollo técnico del plan no fue un trabajo exclusivo de Portolés, quien compartió la tarea con sus compañeros de despacho Salvador Fraga y Francisco Javier García-Quijada. Pero sí que a Portolés se le adivina una especial querencia por aquel proyecto frustrado; de hecho admite que durante mucho tiempo después de irse todo al traste siguió viniendo por la zona atraído por su paisaje y el encanto de localidades como San Esteban de Pravia: ¿Sigue estando abierto un restaurante muy coqueto que había a la entrada del pueblo?.
-¿Cómo fue que acabó el proyecto de Puerto Norte en sus manos?
-Supongo que el Gobierno del Principado, que fue quien nos contrató, tuvo en cuenta nuestra experiencia en actuaciones litorales y el hecho de que acabábamos de recibir el premio de arquitectura Josep Lluís Sert por el trabajo para la boca sur de la ría de Vigo.
-¿Cuál fue el encargo concreto que recibieron?
-Se trataba de recuperar el viejo puerto carbonero de San Esteban de Pravia, sanear el estuario del Nalón -de aquella se estaba ya con la limpieza del río-, aprovechar una vasta extensión de terreno que estaba sin usos productivos y todo eso para dar un giro económico a la zona pensando en sacar provecho a su potencial turístico.
-¿Qué puntos fuertes y qué debilidades consideraron cuando se pusieron manos a la obra?
-El principal punto fuerte de Puerto Norte era la idea en sí misma: actuar sobre un área degradada, en un marco privilegiado y con un grandísimo potencial. Que hasta sin haberse materializado conserve el nombre demuestra lo asumida que está. Y es que no era una ocurrencia, era un compendio de inversiones que buscaba un objetivo claro: regenerar y poner en valor la zona. En cuanto a los puntos débiles, hoy podría señalar como uno de ellos que no sería viable hacer un desarrollo urbanístico tan expuesto medioambientalmente como el propuesto en 1991 porque la normativa y la conciencia social es muy diferente a la de hace 18 años. Pero en su momento no había debilidades, todo sumaba a favor de la idea.
-¿Y cómo se explica entonces que el proyecto no saliese adelante, al menos en los términos que ustedes plantearon?
-Puerto Norte no es ni mucho menos el único proyecto que hemos elaborado y que luego no se realiza. En Asturias mismo también nos pasó algo parecido con un paseo marítimo en Ribadesella... En fin, Puerto Norte, según yo lo viví, tuvo una lectura extremadamente política y se le dio un bombo tremendo, hasta se instaló una maqueta en la Expo 92 de Sevilla. A mi me daba la sensación de que lo llevaba muy de la mano el que entonces era presidente de Asturias y cuando él cayó en desgracia por aquel asunto del Petromocho todo se vino abajo. ¿No fue algo así?
-Usted fue quien tuvo tratos con Rodríguez-Vigil...
-No crea, me parece que sólo lo vimos en una ocasión. Nos invitó en su casa y me pareció una persona próxima, entusiasta, con las ideas muy claras y muy culta. Guardo un grato recuerdo de él.
-Volvamos a Puerto Norte, ¿por qué un polo turístico en lo que entonces era una cloaca?
-Por paisaje, por localización -está en el centro de Asturias, al lado de poblaciones con tanto gancho como Cudillero y al lado del Aeropuerto-, por la existencia de espacios adecuados para construir nuevas infraestructuras y por disponer de una dársena ideal para albergar un puerto de invernada. Aquello, se lo aseguro, era una maravilla desde el punto de vista del desarrollo urbanístico, una golosina.
-¿Tiene vigencia la idea 18 años después?
-Desde luego no es una idea muerta, con las obligadas revisiones que aconseja el paso del tiempo y los cambios legales, es un plan perfectamente viable, y más aún con la influencia cercana del proyecto que tienen en marcha en Avilés, el centro Niemeyer.
-¿Se atreve a poner condiciones para resucitar el proyecto?
-Todo gran proyecto necesita consenso vecinal, político y territorial. En Asturias, sobre Puerto Norte se da, ¿cómo es posible que no salga adelante?
Desde el punto de vista del desarrollo urbanístico, el encargo que nos hicieron para la ría del Nalón era una golosina
Puerto Norte es viable aún hoy, pero precisaría de consenso vecinal, político y territorial
Trío
El nombre de Manuel Portolés está irremisiblemente asociado a los de los también arquitectos Francisco Javier García-Quijada y Salvador Fraga, con los que forma un trío profesional que lleva más de veinte años trabajando con base en Vigo (Pontevedra).
Trabajos
Portolés y sus socios son autores, entre otros muchos proyectos, del plan de recuperación de la boca sur de la ría de Vigo, de los paseos marítimos de Bayona y Moaña (Pontevedra), de la recuperación dunar de la playa pontevedresa de Bao y del macroproyecto Abrir Vigo al mar, en ejecución.
Premios
Entre otros, Portolés y sus socios poseen el premio Josep Lluís Sert de arquitectura.
Foto: Manuel Portolés y su socio Francisco Javier García-Quijada, en el despacho que ambos comparten en Vigo. josé lores / faro de vigo
Fuente; La Nueva Espáña
Francisco L. JIMÉNEZ