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43º33’17.80”N 6º05’3.79”W

Puerto Norte no logra amarrar Una bocana traicionera y peligrosa

2009 / 09 / 25

Los aficionados a la náutica resaltan el gran potencial desaprovechado del estuario para esta actividad en auge

La náutica deportiva pasa por ser una de las principales bazas con las que la ría del Nalón juega a su favor de cara al futuro. El auge de la navegación de recreo, uno de los principios que inspiraron el proyecto incompleto de Puerto Norte, ha originado una gran demanda de amarres y tanto San Esteban como San Juan de la Arena se encuentran entre los puertos más solicitados del Principado. A pesar de todo, aún es necesario afrontar una serie de actuaciones que doten a ambas localidades con un mayor número de plazas de atraque y que consigan mitigar de una vez por todas las malas condiciones de acceso en la barra de San Esteban, entorno conocido entre los marineros por su alta peligrosidad, dada la escasez de calado que presentan sus aguas.

José Carlos Álvarez, Panera, preside desde 2004 el club deportivo básico Puerto Norte, una entidad que engloba a ciento sesenta socios y que lucha por dotar a La Arena con unas instalaciones portuarias acordes con la gran demanda de amarres. Hay muchos problemas por resolver. Lo principal es tener una buena salida a la mar, señala Álvarez. A continuación añade que la solución al problema de la bocana de la ría sería alargar el espigón situado en la margen derecha de la desembocadura. La playa de Los Quebrantos se está quedando sin arena y sus áridos se están depositando en la entrada del puerto. Con la ampliación de la escollera hasta los bloques situados al noroeste del arenal se erradicaría este fenómeno, sostiene Álvarez.

Eloy Sopeña, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores San Juan Bautista de La Arena, opina que ampliar el espigón Este sería la posible solución al problema de la bocana. En bajamar sólo hay una braza de calado. Ahora se está dragando de vez en cuando, pero cuando vienen las vagas de mar todo el trabajo se va al traste y se está perdiendo mucho dinero, comenta Sopeña. Y añade: Cuando hay temporal tenemos que amarrar en Cudillero o en Avilés.

No en vano, la bocana de la ría del Nalón atesora en su haber numerosos siniestros marítimos. En su fondo reposan, entre otros, los restos del Retuerto, un buque que naufragó en 1927 llevándose consigo la vida de 16 marineros; el Punta Rubia, que se hundió en los años cuarenta con 4 tripulantes; y el Punta Zahor, que zozobró durante una maniobra de entrada al puerto. A esta lista negra cabe sumar otra serie de tragedias, siendo las últimas el naufragio en 1988 del yate belga El Bucanero, que costó la vida a su patrón, y un accidente sufrido por una lancha pesquera sotobarquense en 1998 y que se saldó con el fallecimiento de uno de sus tripulantes.

Según José Carlos Álvarez, el Principado ha ejecutado la primera fase del proyecto Puerto Norte. Se efectuó el cierre del Puerto Chico, se hicieron las piscinas de agua salada y se remodeló la barra, pero no se hizo nada con la escollera Este. Ellos son conscientes de que es así y hasta que no se haga lo proyectado no hay nada que hacer, subraya. Álvarez, que fue testigo de la tragedia del Bucanero, advierte de que el problema de la entrada a la ría se denuncia desde hace años. Los pescadores se tienen que enfrentar todos los días a las malas condiciones de la entrada. La realidad es una: que se solucione el problema, y éste no se resuelve con dragados, se resuelve con actuaciones, enfatiza.

A día de hoy, el club Puerto Norte trabaja para completar sus instalaciones portuarias, que considera una obra inacabada. En concreto, su ejecutiva propone la creación de entre 200 y 300 amarres más, la construcción de una escollera que proteja las embarcaciones de los temporales del Sur y la recuperación de la playa fluvial de La Llama. Hay una lista de espera inmensa para obtener una plaza de atraque. Éste es el puerto más solicitado de Asturias. Se trata de un motor económico que está frenado, espeta Álvarez, que reconoce como necesidad más perentoria proteger la dársena por el Sur. En los últimos años se han ido a pique 15 barcos, resalta.

La propuesta del club náutico es apoyada abiertamente por la cofradía de pescadores, con una flota de seis lanchas todo el año, excepto en la costera de la angula, cuando el número de embarcaciones se eleva a unas tres decenas. Los pescadores estamos contentos con los pantalanes que nos construyeron. Antes teníamos que meternos en el fango para llegar a nuestras lanchas. Respecto al proyecto del puerto deportivo, estoy de acuerdo con el club. Todo lo que sea bueno para ellos significa una mejoría para nosotros, afirma Sopeña.

En la otra margen de la ría la situación es similar. El número de amarres no llega al centenar y la dársena de San Esteban tiene capacidad para setecientas plazas. Este puerto se está desaprovechando y tiene un enorme potencial económico. Tenemos constancia de que se cubrirían de una tirada ciento cincuenta plazas, prevé Jorge Abalo, presidente del club náutico Nalón. Entre las peticiones del club murense destaca la necesidad de mejorar las actuales infraestructuras portuarias. Se deberían adecuar el entorno del muelle y los antiguos edificios del puerto. Por otra parte, carecemos de surtidor de combustible, no tenemos grúa para sacar las embarcaciones del agua y la marina seca carece de enchufes, advierte Abalo.

La construcción de una pasarela entre San Esteban y La Arena es apoyada por la náutica deportiva, pero no a cualquier precio. Estamos a favor, pero queremos que tenga una altura de unos 18 metros sobre pleamar. De no ser así, los barcos de vela quedarían condenados, sostiene Álvarez, presidente del club Puerto Norte. Teme que, de tratarse de un puente giratorio, pueda averiarse. Estamos hablando de un mecanismo que puede fallar, puntualiza.

Por su parte, Abalo se refiere al mismo aspecto. Si es giratoria se necesitarán tres funcionarios a turnos para que esté funcionando las veinticuatro horas. No tenemos quien limpie la dársena como para tener a tres personas ahí.

La escasez de calado en la bocana de la ría del Nalón convierte la entrada a los puertos de San Esteban y La Arena en un peligroso obstáculo tanto para pescadores como para marineros de recreo. Ambas partes coinciden en señalar que se debería prolongar el espigón Este para evitar el constante depósito de áridos procedentes de la playa de Los Quebrantos. Asimismo, comentan que mientras no se ejecute esta obra, todo dragado será prácticamente inútil, puesto que con las vagas de mar se vuelve a rellenar el calado ganado con la draga. En la imagen, temporal en la barra el pasado invierno.

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