El club náutico Nalón, de San Esteban de Pravia, inicia a varios de sus socios en el conocimiento del espacio

Iniciarse en el mundo de la astronomía es más sencillo de lo que parece. Durante las dos últimas semanas, el club náutico Nalón, de San Esteban de Pravia, ha ofrecido en sus instalaciones un curso en el que diez de sus socios han descubierto alguno de los secretos que esconde el espacio. La experiencia ha resultado ser muy satisfactoria.

El curso, impartido por el astrofísico Enrique Díez -miembro del Aula de la Astronomía de Gijón-, ha constado de diez horas lectivas y de una visita al observatorio del monte Deva. La astronomía y la navegación pueden tener cierta relación. De todos modos, no hemos estudiado este vínculo durante las clases, señala Díez, quien advierte de que los principales esfuerzos se han encaminado hacia la observación de cuerpos celestes, galaxias o nebulosas.

La caprichosa meteorología asturiana no suele brindar buenas ocasiones para contemplar el espacio. No obstante, los socios de la entidad murense tuvieron la oportunidad de observar los astros durante una de las jornadas. Incluso hubo lugar para las sorpresas. No en vano, iniciarse en la astronomía es, en cierto modo, asequible. Con un planisferio y unos prismáticos se pueden hacer muchas cosas. Se pueden observar planetas, galaxias, nebulosas y cúmulos de estrellas, afirma Díez. Nos ha llamado muchísimo la atención porque con los prismáticos hemos llegado a ver las lunas de Júpiter, enfatiza Ábalo.

Es fascinante, subraya Carmen Gayol, una de las alumnas, quien afirma que ya ha comenzado a hacer sus pinitos desde la terraza de su domicilio. Algunos ya pilotan mucho, concluye el astrofísico responsable del curso.

FOTO: El astrofísico Enrique Díez, a la izquierda, explica a tres alumnos el manejo de un telescopio.

ignacio pulido

San Esteban de Pravia,