Todos los barcos pasan por Siero
2013 / 09 / 22
Los alrededor de 32.000 buques que al año cruzan frente al litoral asturiano son controlados por una torre instalada en el pico Cima que a su vez remite la información a Alcobendas (Madrid)
Luis González, jefe de operaciones y servicios marítimos de Telefónica en Asturias. franco torre
Vista de Gijón desde el monte Cima, en Siero, con la antena de control a la derecha.
Fotos de la noticiaFranco TORRE Todos los barcos de Asturias pasan por Siero. En lo alto del monte Cima, la cota máxima del concejo interior con 737 metros de altura, descolla una monumental antena que vigila el mar en el horizonte. Esta estructura, que pertenece a Telefónica, es la gran torre de control marítimo regional, una suerte de faro digital que guía los barcos que navegan por el litoral y que vela además por su seguridad.
La antena es la punta de lanza del Sistema de Identificación Automática (AIS, en sus siglas en inglés), una red que permite la identificación y seguimiento de buques de forma automática desde estaciones terrestres, aeronaves e incluso otros buques (con el objeto de evitar colisiones).
El funcionamiento del sistema es sencillo: los buques llevan un aparato de pequeño tamaño que emite una señal GPS, la cual es recogida por una serie de antenas, estaciones receptoras en realidad, distribuidas por todo el litoral español. Desde estas estaciones, un total de 37 que componen una red que cubre toda la costa, se envía la información a Alcobendas (Madrid), donde se realiza el seguimiento de los barcos. Un sistema, en definitiva, que sería análogo al que se emplea en las torres de control de los aeropuertos para gestionar el tránsito de las aeronaves.
El desarrollo de toda esta red de estaciones receptoras corresponde a Telefónica, que provee del servicio AIS. El Jefe de operaciones y servicios masivos de la compañía en Asturias, Luis González Fernández, explica que la actualización de la posición de los buques se realiza prácticamente en tiempo real. «Se actualiza en un lapso de entre dos y seis segundos, y el alcance del AIS está entre las 30 y las 35 millas náuticas, similar al de cualquier otro sistema que funcione en la banda de VHF, aunque en condiciones óptimas de propagación, en días despejados, hemos llegado a recibir señales desde las 70 millas (1.852 metros)», señala González.
Para que el sistema funcione a la perfección se ha propiciado cierta redundancia entre las estaciones receptoras, cuyo rango de alcance se solapa en algunos puntos con otras cercanas. En Asturias, además de la estación de Siero, hay una segunda en Boal, que cubre la parte occidental de la costa regional y parte de la gallega. Con todo, esta zona no es de las más complejas de controlar: «En Canarias hay cuatro estaciones, por la disposición de las islas y porque tienen mucho tráfico transatlántico», afirma González.
En el caso asturiano, el volumen de buques que utilizan el sistema es considerable. Se estima que unos 40.000 buques pasan por Finisterre cada año, y la mayor parte, en torno a un 80 por ciento, entra en el rango de la estación sierense.
Pese a esta gran densidad de tráfico, el AIS se comporta con gran fluidez y no tiene problemas de uso: «En la práctica, podemos decir que la capacidad del AIS es ilimitada, ya que ha sido diseñado para permitir la comunicación en las zonas de tráfico marítimo más denso». Una fluidez que también se asegura por esa redundancia en la señal de las estaciones, que facilita una mejor gestión de los recursos: «Hemos llegado a tener 350 señales a un tiempo, al solaparse las señales de Boal y Siero, pero el sistema nunca se ha visto desbordado. Hay que pensar además que los barcos están en movimiento, que van pasando de una estación a otra, por lo que la fluidez no se ve comprometida», relata González.
Para asegurar la limpieza de la señal, en todo caso, es preciso garantizar una propagación adecuada de las ondas, lo que se logra con la instalación de la estación receptora en un lugar que no tenga barreras físicas que puedan suponer un estorbo.
Esto es precisamente lo que determinó la elección del pico Cima, un monte que «mira» directamente a la costa, ya que si bien en mar abierto no hay problemas de propagación, en tierra cualquier estructura deja puntos ciegos, sin señal. De hecho, Telefónica mantiene una estación en la cima sierense desde hace más de 30 años, aunque la implantación de este sistema se produjo en 2007, cuando se hizo obligatorio para todos los buques adheridos al convenio «SOLAS», para la seguridad de la vida humana en el mar.
Y es que las bondades del sistema AIS propicia que sus servicios lo utilicen todo tipo de organismos vinculados al tráfico marítimo: desde las navieras hasta las cofradías de pescadores, pasando por los servicios de salvamento y guardacostas y los clubes marítimos. Porque, además de la posición del buque, la señal también contiene datos de relevancia como el nombre, la eslora, el calado, el tipo de carga o el plan de viaje, incluyendo además la posibilidad de emitir mensajes de texto de 156 caracteres. Unas características que, en combinación con el radar, potencian la seguridad de los buques.
Tanto es así que la Organización Marítima Internacional lleva una década estableciendo la implantación progresiva del AIS en todos los buques. En la actualidad, y merced a una directiva comunitaria de seguridad marítima, este sistema es obligatorio para todos los buques de más de 500 toneladas, para los de más de 300 que hagan travesías internacionales, para los barcos de pasajeros y para los pesqueros a partir de 18 metros de eslora.
Unas condiciones que, a partir de mayo de 2014, incluirán a los buques de eslora igual o mayor a 15 metros. Pero las bondades del sistema son tan evidentes, y la mejora en seguridad tan palpable, que cada vez son más los barcos de recreo que instalan de manera voluntaria el AIS. Y así cada vez más barcos, en Asturias, están controlados desde Siero