El sueño de un Nalón navegable
2015 / 08 / 24
Aficionados a la náutica y alcaldes reclaman una limpieza del río entre San Esteban y Pravia para aprovechar su gran potencial turístico como ruta de embarcaciones de recreo
Oviedo, José A. ORDÓÑEZ El Bajo Nalón quiere navegar con comodidad desde la misma desembocadura de la ría hasta Pravia. El faraónico proyecto para habilitar un ferry fluvial presentado por el entonces presidente autonómico Juan Luis Rodríguez-Vigil en 1992, en plenos fastos de la Exposición Universal de Sevilla dentro del proyecto "Puerto Norte", se antoja hoy un sueño irrealizable, entre otras cosas porque obligaría a un costosísimo y casi inasumible dragado. Sin embargo, en La Arena y San Esteban hay pocas dudas de que una limpieza integral del cauce, necesaria para evitar esos problemas de inundaciones que un año sí y otro también se ceban con las fértiles huertas y plantaciones de kiwis de la zona, también facilitaría el tránsito de pequeñas embarcaciones de recreo hasta Pravia, sumando un aliciente más a un territorio con una potencialidad turística indudable, pero muy poco aprovechada.
"Estamos hablando de un paseo por el río fabuloso en condiciones de marea y de seguridad", asegura Javier Menéndez, presidente del Club Náutico de San Esteban de Pravia (Muros de Nalón), convencido de que el curso bajo del Nalón tiene unas "enorme posibilidades turísticas" que no han sido desarrolladas y cuya cristalización pasa, en primer lugar, por la limpieza del cauce aguas arriba. "No hay que olvidar, por ejemplo, que éste es el segundo humedal más importante de Asturias tras el de la ría de Villaviciosa", afirma Menéndez, consciente de que la desembocadura del Nalón "nunca va a ser Puerto Banús, pero puede dar bastante más de sí". El presidente del club de San Esteban asegura que la actividad náutica está al alza en la zona y que su entidad tiene lista de espera para acceder a unos pantalanes en los que ya hay un centenar de embarcaciones.
José Carlos Álvarez, conocido en la zona como "Panera", fundador del Club Náutico Puerto Norte de San Juan de La Arena (Soto del Barco), colectivo del que fue presidente durante muchos años, no ve a ferrys ni a grandes yates remontando el Nalón en dirección a Pravia, pero sí considera factible una mejora más sencilla de las condiciones de navegabilidad del río, de cara a las pequeñas embarcaciones de recreo. "La inversión no sería demasiado elevada, ya que bastaría con limpiar y actuar en algunas curvas con rabiones", sostiene Álvarez, consciente de que cuando hay mareas vivas no resulta complicado llegar hasta Pravia. Al igual que Javier Menéndez, este exconcejal sotobarqueño considera que el curso bajo del Nalón, que ya no es una cloaca castigada por el lavado del carbón, tiene unas enormes potencialidades turísticas que siguen sin aprovechar. "El Bajo Nalón está abandonado por culpa de manos negras y de otros intereses ", lamenta "Panera", antes de reclamar, ante todo, el cierre del puerto que, según afirma, "también serviría para proteger la marisma".
Jaime Menéndez Corrales, que está al frente del Consistorio de Soto del Barco desde aquel ya lejano tiempo en que Rodríguez-Vigil presentó el proyecto Puerto Norte, destila escepticismo cuando se le recuerda que el plan incluía un ferry turístico. "El tiempo de soñar ya pasó", afirma convencido de que el Bajo Nalón y el río tienen otras prioridades, entre ellas una limpieza en profundidad que evite las inundaciones en las fértiles vegas de la zona o nuevos cortes en el puente de La Portilla, entre Soto del Barco y Muros de Nalón, a causa de la concentración de ramas y de otros residuos en épocas de riadas. El Alcalde reconoce que esta actuación mejoraría las condiciones de navegabilidad del río hasta Pravia para embarcaciones de escaso calado. "Las lanchas fueraborda ya llegan hoy hasta La Piragüera", sostiene.
El alcalde de Pravia, Antonio de Luis Solar, también se ha pronunciado a favor del aprovechamiento turístico del Nalón por pequeñas embarcaciones de recreo, a la vista de que el proyecto del ferry está muy lejos de hacerse realidad, si es que alguna vez se hace. "Soñar es gratis", tercia su homólogo sotobarqueño.
El plan con el que Juan Luis Rodríguez-Vigil acudió a la Exposición Universal de Sevilla de 1992 para saldar la histórica deuda con La Arena y San Esteban, tras décadas y décadas de ver convertida su ría en un lodazal carbonero, convertiría a la zona en "La nueva Pompeya", en palabras del político socialista. Puerto Norte tenía un presupuesto de unos 10.000 millones de pesetas de las de hace un cuarto de siglo. Planteaba ese ferry fluvial que comunicara la desembocadura del Nalón con Pravia, un balneario de talasoterapia, un parque acuático, varias piscinas marinas, hoteles de cinco estrellas, medio millar de apartamentos en La Junquera (San Esteban), un campo de golf en El Praviano, un área residencial en la zona del palacio de La Magdalena, tres polígonos industriales, muelles deportivos y una escuela-taller para el desarrollo de la ría. Jaime Menéndez asegura que la mayor parte de las actuaciones previstas para las Administraciones públicas se ha ejecutado. El fallo estuvo, a su juicio, en la escasa implicación de la iniciativa privada.
El objetivo de hacer navegable el Nalón no es nuevo. Es más, ya se hizo realidad en tiempos de Jovellanos, aunque, lógicamente, no para fines recreativos. El ingeniero de Marina Fernando Casado de Torre, amigo y colaborador del prócer gijonés, fue el impulsor de un proyecto para transportar el carbón de las minas de Langreo hasta el puerto de San Esteban de Pravia. Las obras, que se desarrollaron entre 1793 y 1796, consistieron en la ejecución de un canal fluvial de 11,2 metros de ancho para el tránsito de chalanas cargadas de mineral entre Sama y San Esteban. En un informe sobre la navegación del Nalón firmado en 1797, Jovellanos daba cuenta de que las embarcaciones descendían el río en tres días, pero que tardaban entre diez y quince en el retorno a Langreo. Este contratiempo y la gran cantidad de chalanas necesarias elevaron los costes mucho más de lo previsto. Además, una riada destruyó la mayor parte del canal en noviembre de 1801. Pronto la historia se llevó esta idea por delante: en 1842 estaba construida la carretera carbonera hasta Gijón, la alternativa defendida por Jovellanos para dar salida a los carbones de la cuenca langreana desde un primer momento, por encima de Casado de Torres.
Fuente: LNE